Desde el 1 de enero de 2023, en España existe lo que se conoce popularmente como impuesto al plástico. Aunque, para ser más exactos, se trata de un nuevo impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables.
Dicha medida se enmarca dentro de la lucha de la UE contra la contaminación derivada del plástico y el despilfarro de envases. Estos residuos se han incrementado en más de un 20 % en diez años en los Estados miembros y la previsión es que aumenten otro 19 % de aquí a 2030, de seguir con la tendencia actual.
Tan solo los productos de plástico de un solo uso y las artes de pesca representan el 70 % de la basura marina en Europa. Su impacto sobre el medioambiente y la salud humana es alto y preocupante. El nuevo impuesto sobre el plástico 2023 tratará, precisamente, de contrarrestarlo.
¿A qué sectores afecta más el nuevo impuesto al plástico?
El nuevo impuesto al plástico en España afecta a toda empresa productora o importadora de envases que se consideren no reutilizables. Es decir, todos aquellos que no están diseñados o preparados para alargar su vida útil con otros usos o para ese mismo uso en reiteradas ocasiones.
Así que, dicho impuesto medioambiental grava especialmente envases como los alimenticios (botellas, bandejas separadoras, films…) o como los embalajes secundarios y terciarios empleados en transporte y logística de mercancías (poliestirenos, cintas de embalaje…).
Existen productos exentos de la aplicación normativa y del impuesto al plástico. Como son tintas, lacas, pinturas o adhesivos, rollos de plástico de uso agrícola y ganadero o de usos médicos, farmacéutico y hospitalarios específicos o residuos peligrosos de origen sanitario.
También están exentas aquellas empresas contribuyentes que adquieran menos de 5 kilogramos de plástico no reciclado de un solo uso al mes.
Preguntas frecuentes impuesto plástico
Una de las preguntas frecuentes sobre el nuevo gravamen es ¿quién paga el impuesto al plástico?
De acuerdo al principio de “quien contamina, paga”, es el productor quien deberá sufragar los costes, es decir, asumir dicho impuesto al plástico, estipulado en 45 céntimos por kilo de plástico.
Dichas empresas serán los encargados de declarar los kilogramos de todos sus envases. No solo eso, han de hacer frente a otras obligaciones establecidas por la legislación vigente. Por ejemplo, llevar a cabo un ejercicio de trazabilidad para su notificación o la comunicación a la Agencia Estatal de Administración Tributaria de las adquisiciones de plástico a empresas terceras. Y es que, el del plástico es un impuesto AEAT, es decir, gestionado por la Agencia Tributaria
Nueva ley de envases y residuos de envases
El nuevo impuesto especial al plástico ha sido introducido por Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Esta, como señala en su primer párrafo, tiene por objetivo reducir al mínimo los efectos negativos de la generación y gestión de los residuos en la salud humana y el medioambiente, y hacer un uso eficiente de los recursos de acuerdo con la nueva estrategia de economía circular.
A dicha ley se suma el Real Decreto 1055/2022, de 27 de diciembre, de envases y residuos de envases, con el fin de adoptar la Directiva 94/62/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de diciembre, relativa a los envases y residuos de envases, que incluye medidas orientadas a la prevención de residuos, el fomento de la venta a granel de alimentos, el aumento de envases reutilizables y la promoción del reciclado y marcado de productos.
Algunos de los objetivos del Real Decreto son:
- Alcanzar los niveles de reciclado de envases fijados por la Comisión Europea, del 50 % para 2025 y del 55 % para 2030.
- La reducción del 20 % de las botellas de plástico de un solo uso en 2030 respecto a los niveles de 2022.
- La prohibición de producir o comercializar productos de plástico oxodegradable como pajitas, bastoncillos, cubiertos y platos de plástico, y de regalar productos de plástico al conjunto de personas consumidoras.
- Reducir la comercialización de vasos, tapas, tapones y recipientes alimentarios destinados al consumo inmediato en un 50 % en 2026 y un 70 % en 2030, respecto a 2022.
- También queda prohibida la distribución gratuita de los productos de plástico que se entreguen al consumidor, y debe cobrarse un precio por cada uno de ellos.
- La obligatoriedad de reducir el uso de botellas de plástico de un solo uso en hostelería y restauración, incrementando el de envases reutilizables en un 40 % en 2030, y un 10 % en el de uso doméstico.
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