La protección de datos en empresas se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para muchas organizaciones.
La ciberdelincuencia ha incrementado su amenaza sobre la integridad de los sistemas de información y seguridad corporativos. Y no todas las empresas están preparadas ni para prevenir su embestida ni para enfrentarse a un ataque informático.
De hecho, quienes implantamos soluciones de ciberseguridad en organizaciones, hemos redoblado esfuerzos en los últimos meses a fin de garantizar la protección de datos en las empresas. Este 2023 ha sido el año de la ciberseguridad en entornos SAP.
Qué es la protección de datos en una empresa
Entendemos por protección de datos empresariales el conjunto de políticas, acciones, protocolos y estándares empleados para garantizar la seguridad de los datos en una organización. Es decir, que estos no se vean comprometidos, bien por prácticas ilícitas de apropiación indebida, bien por su exposición pública (cuando con confidenciales) o pérdida debido a errores técnicos o humanos.
Para ello, se precisan sistemas de gestión de datos y soluciones de almacenamiento que sean seguros y eficaces. Así como una estrategia para su protección frente a posibles amenazas externas y su recuperación en caso de extravío. responsabilidad. Ambas han motivado un cambio en la cultura empresarial de la mayor parte de las organizaciones.
Esa cultura abraza ahora sin reticencias objetivos medioambientales, de seguridad y de salud; es decir, un código ético que va más allá de la normativa y que tiene mucho que ver con los valores que desea defender buena parte de los y las profesionales de hoy en día.
Obligaciones de la empresa en materia de protección de datos
Las obligaciones de las empresas en materia de protección de datos han crecido en la medida que lo hacían sus implicaciones. El proceso de digitalización de la actividad empresarial, especialmente el de las pymes, ha precisado un marco regulatorio que garantice los derechos de las consumidoras y consumidores como usuarios, pero también la continuidad de las organizaciones.
Así, las empresas están obligadas a responder a la normativa europea recogida en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y su acomodación a la legislación nacional mediante la LOPDGDD (Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales).
Aún con todo, los problemas en la protección de datos personales en una empresa siguen siendo habituales, especialmente en las pymes.
Errores más comunes en la protección de datos en empresas
Algunos de los errores comunes en la protección de datos en empresas tienen que ver con la configuración de la página web de empresas: falta de una política de cookies, imposibilidad de ejercer el derecho de Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición, o la ausencia de sistemas de comunicación de una brecha digital. Se trata de errores que atentan, normalmente, contra los derechos de los consumidores.
Sin embargo, también los hay que dan al traste con la actividad diaria de una empresa. Normalmente, se debe a la ausencia de protocolos en sistemas de uso interno que operan, sin embargo, a través de servicios en la nube.
De hecho, la denominada Industria 4.0, que cada vez emplea con mayor asiduidad IoT o IA, ha sido fruto de numerosos ciberataques en los dos últimos años. Esta tesitura ha supuesto enormes pérdidas económicas y ha traído consigo nefastas consecuencias, como la dificultad de consolidar sus antiguos clientes o captar otros nuevos.
Importancia de la protección de datos en las empresas
Toda empresa debe habilitar medidas físicas y digitales que garanticen la protección de los datos que manejan. Y no solo para garantizar los derechos de sus usuarios y usuarias, sino su propia actividad, que podría verse vulnerada ante un ataque que ponga en jaque todos sus sistemas de producción y gestión.
Así, las empresas han de proteger todo tipo de datos, desde los básicos a información especialmente sensible.
Invertir tiempo y esfuerzo, también dinero, en la protección de datos es además necesario para no incurrir en una ilegalidad, así como para evitar una crisis de reputación por un fallo de seguridad que atente contra la identidad de las personas, como ya ha ocurrido, por ejemplo, en grandes multinacionales del sector de las telecomunicaciones.